
Mis gatos
MIS GATOS
Miu, cazada en una colonia para esterilizar y soltar, muy delgadita, se pospuso la cirugía al reaccionar mal a la anestesia. En hospitalización, se mostró al principio muy asalvajada, pero en un plazo de 24 horas, salió a investigar un momento por la jaula muy curiosa y divertida, lo que me hizo pensar que realmente no era feral sino que simplemente estaba asustada. Me la llevé a casa para poder observarla mejor, y en menos de un día se dejó tocar, con reparos, pero poniendo todo de su parte, lo que le valió el pasaporte a continuar en mi hogar en vez de volver a las calles. Recuperada de una grave neumonia que arrastraba de su dura vida anterior, sigue siendo algo asustadiza, pero tras una adaptación con mis otros gatos, está tranquila, relajada y feliz.
Indy, llegó con un mes de vida al refugio, con un fuerte golpe tras ser atropellado. Estuvo hospitalizado para tratar un gran hematoma en la zona inguinal. A pesar de su pequeño tamaño, evolucionó favorablemente. A día de hoy Indy es un precioso gato de pelo semilargo con una cola peluda espectacular, muy bueno de carácter, simpático, cariñoso, y tranquilo (menos los ratitos que le da por correr, saltar y hablar por la casa como preso por la locura...)

Pop, Popet (o Pupi finalmente), gatito que quise adoptar en su momento al ver su imagen en la web de una protectora. Al indicarme que era muy desconfiado y que no lo podían ni coger para entregármelo, desestimé la adopción, pero me apunté al voluntariado, trabajé al animal todo lo que pude desde la gatera, y al entrar a trabajar como ATV en dicha protectora seguí viéndole grandes posibiidades, así que lo adopté. Tras un mes y medio debajo de la cama y terapias diarias, decidió salir y mostrar su mejor cara. Sigue siendo tímido, necesita su espacio, pero es muy cercano, muy agradecido, le encantan la caricias y las "chuches" de salmón. Creo que puedo decir que Pupi era para mí y yo para él... Tiene especial debilidad por Riku, en cuanto lo ve, no puede evitar hablarle y correr hacia él.

Fito, le conocí por primera vez en la protectora de Badalona, muy tímido, asustadizo, pero de mirada tierna y curiosa. Jovencito, con una fractura en una pata, sólo aceptaba manipulaciones suaves, por su actitud se notaba que no lo había pasado demasiado bien en la vida. A día de hoy es un gato travieso, feliz, totalmente manipulable, algo celoso de sus compañeros felinos, necesita mucha atención y mucho cariño, pero se lo merece. Es un muy buen gato que no lo pasó demasiado bien en su juventud, pero eso ya esta olvidado.
Pinyolet, rescatado de cachorro con unas tres semanas de vida, muy enfermo, con rinotraqueitis, conjuntivitis, caquexia, y cuando empezaba a recuperarse, cayó enfermo de panleucopenia, enfermedad gravísima, muchas veces mortal, que pueden sufrir los gatitos. No obstante y contra todo pronóstico, Pinyolet sobrevivió y es ahora un gato grandote, un poco torpe, divertido, joven y feliz, muy cariñoso, reclama atenciones continuamente y disfruta descansando a mi lado y molestando a sus compañeros... Le encanta interactuar con Nit, la perrita... Valió la pena todo el esfuerzo empleado para luchar por él.
Nini es mi muñequita... Recogida con apenas dos semanas de vida, tiró adelante a base de biberones y muchas ganas de vivir. Cariñosa pero con carácter, es una carey azul preciosa de ojos gris metálico de pelaje grisáceo con tonos rosáceos... Muy astuta, alegre, dependiente e independiente a la vez, un pequeño gran tesoro que alguien despreció una vez para ser ahora realmente amada y apreciada como lo que es, una maravilla de la naturaleza.
Pirulina fue rescatada de las calles siendo una cachorrita. Se descubrió un triste historial de maltrato a pesar de su muy corta edad... Pirulina había caido cuatro veces por el balcón de la familia que la tenía... Obviamente no se devolvió a esta familia y Pirulina creció y se recuperó en un casa de acogida. Es muy pequeñita de tamaño, extremadamente seria, con carita muy chata, ojos enormes y expresión de eterna enfadada. Es amiga de todos sus compañeros que la respetan desde el primer día. A veces deja salir la criatura que lleva dentro y corre por la terraza persiguiendo los premios que le van cayendo estratégicamente...

Kali, rescatada de una fábrica en el pueblo de La Garriga, solo seguía a las personas buscando cariño, incluso rechazando la comida que se le ofrecía a cambio de una caricia. Kali es la mas viejita del grupo, es algo gruñona, muy tranquila, necesita su espacio y poder observar al resto desde su altura preferida, controlando...
Riku, rescatado de cachorro, muy asalvajado, imposible de manipular pero muy aficionado a las chuches de salmón... Cada lunes y martes me esperaba tras las rejas de la gatera para que le diera sus chuches, hasta que aprovechando un traslado de centro, Riku "mágicamente" se desvió, no llegó al nuevo refugio y se quedó en casa. Nada más llegar, se mostró ya más sociable, como infinitamente agradecido, y a partir de entonces no hizo más que mejorar y mejorar hasta llegar a dormir en mis brazos, por lo menos una vez al día, y casi todas las noches.

Wendy fue también adoptada en la protectora, jovencita, muy discreta, muy delgada. Ahora ya no es tan jovencita ni tan discreta ni tan delgada... De carácter algo gruñón pero afable, busca siempre caricias y atención. Muy habladora, va por la casa maullando, hablando y pidiendo comida. Wendy es una buena gata.
Darwin, cogido herido de la calle en Mataró por una persona falsa que intentó ganar dinero a costa de engañar a buenas personas y negarle atención veterinaria al gato. Finalmente se le requisó el gato. Tuvimos que trabajarlo intensamente después de todo lo ocurrido, ya que obviamente desconfiaba de todo y de todos. Continua con su puntito de intolerancia al contacto, aunque va mejorando día a día. Es un gato muy agradecido, muy hablador, y algo gruñón, cada vez menos, pues ya se ha dado cuenta de que no todas las personas son viles.
Pixy, cachorro recogido en la protectora con sus tres hermanos, muy desconfiado. Cogió confianza en hospitalización tras enfermar, aunque de vuelta a la gatera volvió a alejarse, malhumorado, intocable... Al ver que cada vez que entraba en gatera podía tocarlo y acariciarlo bien, y que cuando me iba me seguía con la mirada hasta que no podía verme más, finalmente, por culpa de esa mirada, consiguió que me lo llevara a casa, Es gran amigo de Miu.

Ratolí, gato recogido con las dos patas delanteradas fracturadas. Muy desconfiado, costó mucho su recuperación, lo pasó realmente mal, y tuvo que estar meses en una jaula. Al pasar a gatera, se refracturó una de las patas y tuvo que ser reintervenido otra vez. Aquí fue cuando empezó a confiar en mí, como si ya se dejara ir, por cansancio y abatimiento... o como pidiendo ayuda a gritos con la boca cerrada... Ratolí pasó la convalescencia de la segunda operación en casa, y ya se quedó. Su nombre viene por el ratoncito con el que empezamos a jugar e interactuar. Todavía lo guardamos.
Richy, gato recogido en la calle, ciego, con graves problemas de comportamiento y salud. Diagnosticado finalmente de porencefalia, no consiguió ser adoptado al presentar cuadros de ansiedad, disforia, epilepsia, eliminación inadecuada, desorientación... Como en casa nos van los retos complicados, Richy pasó a formar parte de la gran familia. Se mueve perfectamente por toda la casa, aunque de vez en cuando se desorienta y hay que ayudarle. Con pronóstico degenerativo, dejaremos que Richy sea feliz con nosotros hasta que él pueda.

Mishi, recogida muy mal herida, con un ojo fuera de la cuenca, el otro midriático, un balín en la cabeza, fractura de mandíbula... Tuvo una larga recuperación, pero sus ganas de vivir la ayudaron. Se recuperó de sus heridas físicas y psicológicas, aunque está ciega. Fue adoptada, aunque finalmente la persona adoptante no pudo tenerla más, y Mishi vino a casa. Perfectamente adaptada, Mishi se mueve por toda la casa, es viejecita, lentamente pero segura y siempre encuentra el sofá para echarse una siestecita. Mishi es un ejemplo de superación de un grave maltrato, algo que desgraciadamente está a la orden del día en nuestro país porque sale muy barato destrozar la vida de un animal y reirse de ello. Hasta que no se endurezcan las leyes, casos como el de Mishi, seguirán ocurriendo.

Trix, gatita que llegó a la protectora con sus cachorros, muy pequeñita de tamaño, algo tímida y asustadiza, pero juguetona y agradecida. Está en plena adaptación.